Venero su memoria como lo veneré como amigo y gran maestro y consejero de gran sabiduría, ejemplar humildad, con una abnegada e indeclinable vocación de servicio a los niños y a los jóvenes y una refinadísima cultura artística y musical que le permitió vislumbrar con visión fenomenal el presente y futuro del movimiento musical chileno

Fernando supo transformar cada dificultad en una acción positiva, y así creó la Orquesta de Cámara de Chile, la fundación Beethoven y el movimiento de orquestas juveniles, cambiando el panorama de la música en el país

Recordar la vida de Fernando Rosas nos obliga a reconocer uno de los espacios más ejemplares en el desarrollo de la música chilena…. Aunque no haya sido el primero en las Américas en establecer las orquestas juveniles, se le admira por el entusiasmo con que inició esta tarea en nuestro país

Fernando tuvo un sueño maravilloso: hacer tocar a miles de niños de escasos recursos en Chile. Afortunadamente me tocó compartir ese tiempo y ese sueño con él, y pudimos crear la fundación (Fundación Orquestas Juveniles e Infantiles)

No sé si conscientemente, pero cada obra de Fernando siempre fue un pproyecto país. Desde las temporadas que hizo en 1976 en el (Teatro) Oriente hasta la fundación de Orquestas (Juveniles), que debe ser el proyecto musical chileno más importante. Sería muy difícil equiparar su empuje y la calidad de la idea que tenía respecto al desarrollo de la música

Fue un difusor y verdadero activista de la música. Comprometido hasta los tuétanos con la profesión musical, con su empuje logró cosas maravillosas. Su gran obra es haber puesto la música sobre la mesa. Una de sus grandes tareas fue dar a conocer la música de autores chilenos, aquí y en el exterior